La federación SETEM ha lanzado en el canal de crowdfunding de Fiare Banca Etica en Goteo,  la campaña #NecesitoRopaLimpia, alcanzando con éxito su primera ronda. Ahora el crowdfunding continúa activo para conseguir el objetivo óptimo.

La Campaña Ropa Limpia utiliza el poder que tenemos a nuestra disposición consumidores y consumidoras para cambiar las reglas del juego. Gracias a las acciones de presión, conseguimos que se respeten los derechos de las trabajadoras del textil. Día a día demuestra que podemos transformar la realidad y lograr un mundo en el que nadie vea vulnerados sus derechos fundamentales.

No es un secreto que la mayor parte de la ropa que llevamos se cose a miles de kilómetros del lugar donde la compramos. Pero, ¿sabemos quién confecciona la ropa que llevamos? ¿En qué condiciones trabajan y viven esas trabajadoras? ¿La ropa que vestimos está limpia de esclavitud? Miles de trabajadoras sufren condiciones laborales intolerables a cambio de salarios miserables.

La Campaña Ropa Limpia lleva más de 30 años apoyando la lucha de las trabajadoras de la industria de la confección. Denunciamos sus condiciones de explotación y las prácticas comerciales y laborales de las grandes marcas para lograr unas condiciones laborales dignas en la industria textil y de calzado. Ahora la campaña necesita apoyo económico para poder seguir adelante.

Ropa barata… ¿a costa de quién?

• Salarios de miseria.
• Jornadas interminables: hasta 18 horas al día y 7 días a la semana.
• Inseguridad en las fábricas: en 2013 el edificio Rana Plaza en Bangladés se derrumbó y acabó con la vida de 1.138 personas. No fue el primer desastre ni ha sido el último.
• Insalubridad en el trabajo: los químicos usados en tintes y lavados de ropa, y los espacios mal ventilados ponen en peligro la salud de las trabajadoras y del medioambiente.
• Represión sindical: en muchos países productores, los gobiernos prohíben los sindicatos independientes, así como la negociación colectiva. Quienes se afilian a sindicatos sufren intimidación, despidos y, a menudo, violencia física.

Todo por las exigencias de producción de un mercado consumista y capitalista.

¿Cómo podemos limpiar la ropa de injusticias?

Las trabajadoras de la industria de la confección, que suman casi el 80% de la mano de obra de los países productores, luchan por sus derechos uniéndose en sindicatos u organizaciones de derechos laborales para lograr mejores salarios y condiciones de trabajo. Y está en nuestras manos apoyar esta lucha como consumidoras de la ropa que cosen.

¿Te animas a limpiar nuestra ropa?

Desde hace 30 años, SETEM ha impulsado la Campaña Ropa Limpia en el Estado español, con la complicidad e implicación de decenas de organizaciones y miles de consumidores y consumidoras.

Es necesaria una persona con una dedicación mínima que pueda coordinar las actividades de sensibilización, movilización y denuncia en el Estado español y mantener la interlocución con las principales empresas de moda españolas.

Aún queda mucho por hacer y se necesita apoyo para continuar con el trabajo y seguir presionando a grandes marcas como Zara, Mango, Desigual, Armani, D&G y muchas más, para que paguen salarios dignos y cumplan los derechos laborales de las personas trabajadoras.

Es vital continuar con la labor de investigación, interlocución y presión a las marcas de moda españolas a través de la Campaña Ropa Limpia a nivel estatal e internacional. Para ello se necesita tu apoyo.

Campaña Ropa Limpia

La Campaña Ropa Limpia es una red internacional de ONG, sindicatos, organizaciones feministas y personas consumidoras, que trabaja para mejorar las condiciones de vida y laborales de las personas que trabajan en la industria global de la confección.

Presente en 17 países europeos, Clean Clothes Campaign, es una red de más de 250 entidades que presiona y llama a la acción a las personas consumidoras para reivindicar los derechos laborales de las trabajadoras de la industria textil.

A nivel estatal, la Campaña Ropa Limpia está coordinada por la Federación SETEM con el apoyo de la Fundación Isabel Martín.